IU Aragón apuesta por un mayor control público de los cotos

Artículo publicado en el suplemento especial 'Caza en Aragón' con motivo de las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo de 2023. Ver más.

La relevancia social e histórica de la actividad cinegética es innegable. Del mismo modo, por su evolución hacia una actividad deportiva no vinculada ya a una necesidad de subsistencia, esa relevancia no es la misma que era. Así lo refleja el hecho de que bajen el número de licencias o que la media de edad de los aficionados haya aumentado. Son igualmente innegables los intereses de carácter económico que la rodean o el hecho de que un importantísimo porcentaje de la población, también rural, exija políticas públicas para impulsar modelos de ocio que no entrañen causar daño a otros seres vivos.

En este contexto, durante los últimos cuatro años hemos asistido a una exaltación del enfrentamiento, en muchos casos forzado, en un debate demasiado emocional y poco racional. Se está tratando interesadamente de acentuar el enfrentamiento: entre ecologismo y caza; entre actividad agraria y caza o entre medio rural y medio urbano.

En IU, además de tener una conocida posición que supone la necesidad de avanzar hacia modelos de ocio respetuosos con la vida, somos muy conscientes de que son necesarias medidas concretas que nos permitan ordenar la actividad para afrontar los retos inmediatos que enfrenta y adaptarse a los requerimientos de la legislación y de la sociedad.

Desde nuestro punto de vista, la gestión de los cotos debe responder a unos principios éticos, que garanticen una gestión sostenible y equilibrada del medio natural, la conservación de la biodiversidad y la convivencia entre las actividades humanas y la fauna silvestre. Esto debe trasladarse a los planes de caza, incorporando mecanismos de autorregulación que permitan responder a circunstancias naturales, dinámicas ecológicas, enfermedades o la propia realidad del cambio climático, debemos necesariamente ser más exigentes y conservadores para garantizar la conservación de la biodiversidad.

Igualmente se impone un debate sobre la efectividad de la caza como mecanismo de control de especies. Además, es imprescindible impedir que se produzcan situaciones de maltrato animal hacia los perros de caza u otros animales que se utilicen para la práctica de estas actividades.

Abogamos por el control público de los cotos de caza para garantizar la observancia estricta de las normas existentes y el retorno de los recursos generados.

Por otro lado, esta cuestión hay que tenerla en cuenta, el Tribunal Superior de Justicia de Aragón ya sentenció que no se pueden considerar como cinegéticas a especies en situación de declive y el Gobierno, regulador público de la actividad, debe tenerlo en cuenta y garantizarlo.

En determinadas situaciones deben aumentarse las restricciones a la pesca y caza deportivas, manteniendo un control exhaustivo de los animales utilizados para tales actividades. Y por lo tanto, se debe perseguir la caza furtiva de las especies protegidas en Aragón.

Álvaro Sanz
Candidato de Izuierda Unida a la Presidencia de Aragón

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